Recurso: Revista RITMO ECONOMICO ed30 – Junio 2020
Retos de seguridad de la movilidad eléctrica en República Dominicana
En el año 2013 fue promulgada en nuestro país la Ley de Incentivos a la Movilidad Eléctrica No. 103- 13, con la finalidad de promover el uso de vehículos que no contaminen el medio ambiente y reducir los niveles de contarrunacíón producto de las emisiones de combustibles fósiles. Sin embargo, es realmente a partir del 2018 que se ha producido la entrada en vigor de dicho texto legal, que permite la importación de vehículos eléctricos pagando solo un 50 % de arancel, 50 % ITBIS y 50 % de primera placa
Aunque actualmente en el país se están importando 10 modelos diferentes y hay una Asociación de Movilidad Eléctrica Dominicana (Asomoedo). La mayoría de los entendidos en la materia citan como un reto para que se pueda generalizar el uso de vehículos eléctricos además de aumentar
la importación, ampliar las redes de carga. Ciertamente la falta de redes de carga podría considerarse un reto, pero el mismo es fácilmente superable y, además, por tratarse de un país pequeño no es necesario masificar los cargadores como en países territorialmente extensos porque aquí las distancias son reducidas y las personas pueden cargar los vehículos en sus casas y con esa carga pueden resolver el problema de movilidad dentro de la ciudad sin grandes inconvenientes.
A nuestro entender existen otros retos no tan evidentes, que no son de origen legal, pero que conllevan la adopción de una serie de medidas complementarias, para que la movilidad eléctrica sea una realidad exitosa y a continuación quiero reflexionar sobre algunas consideraciones en términos de seguridad que se deben tener en cuenta.
Primeramente, desde el punto de vista de los seguros, el uso masivo del vehículo eléctrico no debe representar un cambio en la regulación a lo sumo podría implicar un cambio en la póliza: en cuanto a la tarifa y/o los deducibles porque la tecnología de este tipo de vehículos, entre ellos la batería y demás componentes, podrían significar un cambio en las condiciones de aseguramiento.
Sin embargo, como en el país todavía el tema es relativamente nuevo y no se ha llegado a la cifra de mil vehículos eléctricos en circulación, aún no disponemos de información estadística sobre accidentes de tránsito que involucren este tipo de autos, pero cuando se incremente la cantidad de vehículos eléctricos circulando es muy probable que se produzcan ajustes por parte de las compañías de seguros en el proceso de evaluar el riesgo. ya que según entendidos en la materia sólo la batería podría llegar a representar entre el 40% y 60% del valor del mismo.
Para las aseguradoras será de importancia también que haya disponibilidad de repuestos en el mercado local. que existan talleres con equipos y mano de obra especializada para la reparación de este tipo de vehículos en caso de siniestros y si fuere una pérdida total. será relevante saber quién podría comprar los restos de una unidad eléctrica o si tendrán que asumir el 100% de la pérdida. pudiendo incluso afectar sus contratos de reaseguro.
En cuanto a las normas de circulación, debemos tener presente que en el país tenemos una tasa muy alta de accidentes de tránsito y aunque la era de la electrificación automovilística está en ciernes, la gran mayoría de conductores nunca ha manejado un vehículo 100% eléctrico; y si existen diferencias entre manejar un auto de este tipo y uno de combustión. La más importante es que la respuesta y entrega de potencia de los ejemplares de cero emisiones es inmediata. La transmisión de fuerza va directamente a las ruedas y la aceleración es mayor, y aunque en los casos de un accidente en el que esté implicado un auto eléctrico los riesgos son similares a aquellos que incluyen vehículos de combustión, si hay aspectos a tener en consideración para disminuir los riesgos específicos provocados por la presencia de una batería de alto voltaje.